La inducción miofascial es una técnica revolucionaria dentro de la fisioterapia que ayuda a liberar tensiones musculares y mejorar la movilidad del cuerpo. En este artículo, descubrirás qué es, cómo funciona y por qué puede ser la clave para reducir el dolor y recuperar el bienestar.
¿Qué es la Inducción Miofascial?
El sistema fascial es una red de tejido conectivo que envuelve y sostiene los músculos, huesos y órganos. Cuando la fascia se vuelve tensa o pierde elasticidad debido a lesiones, estrés o malas posturas, puede causar dolor y restricción de movimiento. La inducción miofascial es una técnica manual que libera esas tensiones y devuelve la movilidad natural del cuerpo.
Beneficios de la Inducción Miofascial
- Reducción del dolor crónico: Especialmente en zonas como la espalda, el cuello y los hombros.
- Mejora de la movilidad articular: Permite movimientos más fluidos y sin restricciones.
- Alivio del estrés y la tensión muscular: Relajando la fascia y mejorando la circulación.
- Recuperación más rápida de lesiones: Ayuda a la regeneración tisular y previene adherencias cicatriciales.
- Mejor postura corporal: Reduce las compensaciones musculares y el desequilibrio postural.
Dolencias que Puede Tratar la Inducción Miofascial
Esta terapia es efectiva para diversas afecciones, entre ellas:
- Dolor lumbar y cervical.
- Fibromialgia y síndrome miofascial.
- Cefaleas tensionales y migrañas.
- Lesiones deportivas y contracturas musculares.
- Limitaciones en la movilidad postquirúrgica.
Ejercicios para Complementar la Inducción Miofascial
Para potenciar los efectos de la terapia, es recomendable realizar algunos ejercicios sencillos:
1. Liberación Miofascial con Pelota de Tenis

- Coloca una pelota de tenis en la zona dolorida.
- Presiona contra la pared o el suelo y haz movimientos circulares.
- Mantén la presión durante 20-30 segundos por punto.
2. Estiramiento de Fascia Torácica

- De pie, coloca las manos en la parte baja de la espalda.
- Estira suavemente el pecho hacia adelante y arriba.
- Mantén la posición por 20 segundos.
3. Automasaje con Foam Roller

- Usa un rodillo de espuma para masajear la espalda, piernas y glúteos.
- Realiza movimientos lentos y aplica una presión moderada.
Consejos para Mantener una Fascia Saludable
- Hidrátate bien: El agua es clave para mantener la elasticidad fascial.
- Muévete regularmente: Evita largas horas en la misma posición.
- Incluye estiramientos diarios: Favorecen la flexibilidad y reducen tensiones.
- Utiliza cremas relajantes: Cremas con arnica o magnesio pueden ayudar a reducir inflamaciones y mejorar la recuperación muscular.
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