Todo el que haya sufrido una fascitis plantar o un espolón calcáneo, sabe que se trata de patologías difíciles de abordar. Hoy, queremos ayudarte a aliviar ese dolor que sientes al caminar, en Recuperación Funcional en Santiago.
¿Te duele tanto el pie que apenas puedes caminar? Puede que se trate de fascitis plantar o de un espolón calcáneo. ¿De qué se trata? ¿Son lo mismo? ¿Tiene tratamiento? Quédate con nosotros para conocer cuál es la diferencia entre fascitis plantar y espolón calcáneo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la fascitis plantar?
Para saber qué es la fascitis plantar, primero tenemos que saber dónde se localiza el dolor. La fascia plantar, de ahí su nombre, se trata de un tejido situado en el pie que va desde el talón (el calcáneo) hasta la zona que se encuentra debajo de los dedos (zona metatarsal).
Este tejido actúa a modo de banda y es de tipo elástico. Pero… ¿De qué función se encarga la fascia plantar? Fundamentalmente, su función consiste en absorber la energía que se produce cuando el pie toca el suelo (al caminar).
De este modo, la fascia plantar es la encargada de proteger los metatarsianos, evitando excesos de flexión dorsal en los dedos, y de mantener el arco plantar.
Así que, ¿qué es la fascitis plantar? Conocemos como fascitis plantar a la inflamación de este tejido, lo que provoca un dolor intenso al caminar.
Para distinguir la fascitis plantar de otras patologías, debes saber que el dolor se localiza, generalmente, en aquella zona donde la fascia se une con el calcáneo. Es decir, notarás el dolor localizado a punta de dedo, además de una irradiación difusa en el resto de dedos o en el talón.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, el dolor tiene una mayor intensidad durante la mañana, al dar nuestros primeros pasos del día. Junto con una mayor sensación de rigidez.
La fascitis plantar tiene diferentes estadios. El inicial se considera fascitis (inflamación en fase aguda). Cuando la fascitis aparece y evoluciona, se producen varios cambios en el tejido. Hasta llegar a la vascularización y fase degenerativa, donde pueden aparecer microfisuras a lo largo de la fascia plantar.
¿Qué es el espolón calcáneo?
Aunque la fascitis plantar puede provocar dolor en el talón, no es lo mismo que sufrir un espolón calcáneo. Si no que se trata de dos patologías diferentes.
Pero, te preguntarás… ¿Qué es el espolón calcáneo? Podemos decir que se trata de un crecimiento anormal del hueso del talón. Y, ¿cómo puede ocurrir esto?
Normalmente, este crecimiento anormal se debe a la acumulación de calcio, después de soportar un exceso de presión, en esa zona concretamente, durante un largo periodo de tiempo.
Esta presión provoca que la fascia plantar esté sometida a una sobrecarga y a una mayor tracción.
A diferencia de la fascitis plantar, el espolón calcáneo no tiene por qué generar dolor. Existe un considerable porcentaje de población, con espolón, que es asintomático. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un mal apoyo del pie, puede desembocar en cambios en hombros, cuello, espalda…
Esto se debe a que cambia el modo en que cada parte de nuestro cuerpo reparte la carga, empezando desde los pies.
Existe, también, otro tipo de espolón, asociada a la marcha. Ya que, la presión del espolón contra el suelo, durante prolongados periodos de tiempo, da lugar a un dolor similar a “pinchazos”.
Cuál es la diferencia entre fascitis plantar y espolón calcáneo: las causas
La fascitis plantar puede aparecer como causa a una gran variedad de factores. Por ello, es fundamental la prevención y extremar los cuidados de nuestros pies. Teniendo especial atención al calzado que utilizamos.
La fascitis plantar, por tanto, es multifactorial. Se genera tanto por sobrecargas, debidas a actividades laborales que requieran estar de pie, muchas horas, o actividades físicas, concretamente, en corredores.
Estos son los que más suelen sufrir de fascitis plantar, por retracción del tendón de aquiles. Aunque, la fascitis plantar también puede aparecer cuando utilizamos, normalmente, un calzado defectuoso o incorrecto, con malos agarres.
De hecho, la fascitis plantar tiene una mayor incidencia en verano, ya que somos más propensos a utilizar chanclas.
Por último, la fascitis plantar se asocia a enfermedades como la artritis o la diabetes.
Sin embargo, el espolón calcáneo tiene su origen por excesos de carga del pie. Es decir, cuando pasamos un gran número de horas de pie, ya sea caminando o no.
Diferencia entre fascitis plantar y espolón calcáneo: el diagnóstico
A menudo, se confunden la fascitis plantar y el espolón calcáneo. Recuerda que, aunque pueden ser similares, son entidades patológicas completamente diferentes. Por ello, es importante que acudas a un experto, formado en la materia, para un diagnóstico correcto.
Nuestros profesionales te recomiendan, en primer lugar, una revisión de la historia clínica. Se deben tener en cuenta antecedentes familiares, hábitos alimenticios, tipo de calzado utilizado diariamente, posibles traumatismos en el pie, actividades deportivas que se realicen con frecuencia, tipo de pisada y si existen, o no, trastornos hormonales o de tipo metabólico.
Esto es útil a la hora de saber cuál es la diferencia entre fascitis plantar y espolón calcáneo, ya que el primero está asociado a enfermedades como la diabetes.
Fascitis plantar: tratamiento
Una vez que cuentes con un diagnóstico correcto, si sufres de fascitis plantar, debes saber que existen diferentes formas de tratarlo si acudes a nuestro centro, Recuperación Funcional en Santiago.
¿Cómo tratamos la fascitis plantar en nuestro centro?
En primer lugar, terapia manual en la planta del pie, así como en su musculatura adyacente, para devolver la elasticidad a la fascia plantar.
La osteopatía, también, es útil en este tipo de patología. Se realiza en el complejo articular del tobillo-pie, así como se realizan ajustes en la cadena de rodilla-cadera-pelvis y columna cervical asociadas.
Por otro lado, en nuestro centro contamos con una combinación de aparatología que garantiza el alivio del dolor. En este caso, uniríamos:
- Ondas de choque focales para reducir la inflamación y provocar la proliferación celular que permita una regeneración a través de ondas acústicas, además si existiese espolón es muy útil para provocar su descalcificación.
- Radiofrecuencia con efecto drenante en primeras fases y efecto de estimulador del metabolismo en las siguientes.
- Magnetoterapia en programas específicos que, a través de campo magnético, envía una energía selectiva a las células de la matriz para que se reduzca el crecimiento óseo del espolón en caso de existir, o que provoca una fase proliferativa que previene la degeneración fascial de forma eficaz además de tener un gran efecto analgésico.
- Ultrasonido para drenar el edema y ayudar a la vasodilatación.
- Infrarrojos para provocar una hiperemia focal que permita la llegada de metabolitos reparadores a la zona.
- Presoterapia para ayudar a que se active la circulación de las piernas y que drena las toxinas procedentes de la lesión, relajar la musculatura adyacente y que potencie todo el trabajo anterior recortando tiempos.
Por último, readaptación funcional tras realizar una valoración global del sujeto en la que buscamos por un lado un enfoque activo de la patología y, por otro lado, crear un programa más integral corporal que se vaya al origen y perpetuación de la patología.